EL TANGO DE LAS ALMAS ERRANTES

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Como el Acordeonista Muerto, hoy os traigo una nueva historia…

…O quizás no tan nueva, pues la trama de esta novela empezó a gestarse a la vez que la de su predecesora allá por el 2019, aguardando el instante, el momento vital en que me viera con fuerzas para narraros los terribles sucesos que acontecen a sus personajes, algunos de los más queridos por mis lectores.

Sí, os hablo de El Tango de las Almas Errantes, la segunda parte de El Vals de las Hadas Malditas.

El Vals de las Hadas Malditas y El Tango de las Almas Errantes, fantasía oscura en español.
Cómo me gusta verlas juntas…👀💙💚

He vivido estos tres años como una explosión de creatividad. El Vals fue el pistoletazo de salida para toda una maratón de ideas que han estado compitiendo por ver cuáles se materializaban en novelas, muchas de ellas ambientadas en el mismo universo.

Ha sido el tramo más prolífico de esta carrera, no he parado de escribir, y la perseverancia en el oficio me ha conducido a la facilidad: la construcción de las tramas, la preparación de las novelas e incluso la redacción me llevan mucho menos tiempo que antes.

Mapa de Los Reinos Fábulos, de Gabriel Sánchez García-Pardo
Los Reinos Fábulos, el universo donde se ambientan mis novelas de fantasía. Ilustrado por Andrés Aguirre Jurado.

Pasa como con la docencia: en los primeros años, el profesor novato tiene que llevar sus clases muy preparadas, sentirse muy seguro de lo que está haciendo antes de dar la cara en el aula. Pero con el tiempo, su bagaje le da recursos y flexibilidad; puede dedicar menos horas a estructurar sus lecciones sin que eso merme su docencia. Es lo que en teatro de llama tener tablas, y yo creo que estoy llegando a ese punto en lo literario.

Camino del Éter, El Vals de las Hadas Malditas
Aunque aún queda mucho camino por recorrer…

En cuanto a evolución de mi estilo, es difícil hacer autoanálisis sin sonar pretencioso, pero me gusta pensar que he avanzado hacia una escritura cada vez más directa y libre de aderezos innecesarios. Creo en el disparo certero y contundente, en la fuerza de una sola frase que puede describir un escenario con la misma efectividad que un párrafo entero.

Éterdar, mapa de El Vals de las Hadas Malditas
Mapa de Éterdar, escenario de El Vals de las Hadas Malditas y parte de El Tango. También ilustrado por el fantástico Andrés Aguirre Jurado.

Y lo mismo me ocurre con las tramas: no todos tenemos que ser George R. R. Martin, con todo un universo al detalle de personajes entrecruzados y descomunales esquemas de historias secundarias en las paredes. Me gusta proporcionar al lector solo el worldbuilding necesario para contar la historia, ni más ni menos.

En el caso de El Tango, sigo profundizando en esa dualidad hadas-demonios, 4 deidades de la Realidad Feérica y 4 de la Realidad Demoníaca que siguen compitiendo por decidir el destino de los humanos, de los errantes…

Täya, Reina del Amanecer. El Tango de las Almas Errantes
Täya
Ossa, Reina de la Mañana. El Tango de las Almas Errantes
Ossa
Larenta, Reina del Ocaso. El Tango de las Almas Errantes
Larenta
Eliss, Reina de la Noche. El Vals de las Hadas Malditas
Eliss

No sé si habrá sido una estrategia de marketing de la editorial o la distribuidora, pero me encanta que esta novela se publique en Halloween porque es la más oscura que he escrito hasta la fecha. De verdad, quien busque una historia entrañable, de las que dejan el corazón calentito, mejor que pruebe con El Aprendiz Silencioso El Bosque de los Reflejos. Pero El Tango es dura, cruda y con algunas de las escenas más terroríficas que he escrito nunca.

Kelian Maze y el Demonio Oscuro. El Vals de las Hadas Malditas
Cobrará especial importancia la trama de Kelian y su demonio interno…

Retomamos la historia donde lo dejamos en El Vals, con un viaje a Los Reinos Fábulos en compañía de una caravana de errantes. Aunque hemos dejado atrás la oscuridad de El Velo, la entrada en escena de un demonio generará algunos de los momentos más macabros que este escritor ha tenido el gusto de escribir.

Llegados a este punto, me gustaría aclarar que, si bien El Vals funciona como una novela autoconclusiva (puedes detenerte en su lectura y terminar tu visita a Éterdar ahí sin ningún problema) El Tango no lo es en absoluto, y te recomiendo tener fresca la lectura de El Vals para que tu experiencia aquí sea plena.

Los Cuatro Señores Infernales. El Tango de las Almas Errantes.
En los detalles del mapa podéis encontrar pistas de lo que nos espera…

Teniendo en cuenta esto, debo avisar también de que en la escritura de El Tango he prestado muchísima más atención al desarrollo ágil de la trama que al worldbuilding, que considero interiorizado por el lector en el primer libro en lo que a localizaciones, deidades, etc se refiere, para ahora detenerme solo en aquellos elementos que sean nuevos en la historia.

Las Cuatro Señoras Hadas. El Vals de las Hadas Malditas
Las Cuatro Señoras Hadas y su relación con cada uno de los Reinos empiezan también a cobrar mayor importancia…

Quizás esta solo sea una pobre excusa para enmascarar otro hecho más relevante en mi escritura, y es que cada día que pasa me veo exigiendo más agilidad a la narrativa, tanto a la mía como a la que consumo de los demás. Estoy hastiado de libros, películas y series de avance leeeento. Incluso me descubro a mí mismo descartando auténticas maravillas, obras con la mejor crítica y favor de público o lectores, cuando no han logrado engancharme desde el principio. «Aguanta hasta el capítulo X de la serie», «el libro mejora en la segunda mitad» te dicen a veces. Lo siento, pero no.

Muerto por aburrimiento…

Hay muchas maravillas por descubrir, muchos autores, guionistas, cineastas que merecen una oportunidad, y muy poca vida para abarcarlo todo. Así que creo firmemente en la legitimidad de abandonar al más mínimo atisbo de aburrimiento, y lo mismo aplico a mis propios libros. No quiero que nadie tenga esa sensación al leer mis historias; deseo que cada capítulo cuente, que no sobre ni una palabra, que el lector tenga una necesidad constante de continuar.

Ya me contaréis si lo he conseguido o no con este tenebroso tango.

El Acordeonista Muerto abandona en esta segunda parte el papel de mero narrador para ser un testigo más activo en la trama…

No quiero hacer ningún tipo de spoiler. No soy tampoco muy amigo de las sinopsis, y por eso no la dejaré escrita por aquí, pero si alguien siente una necesidad muy acuciante de leerla antes de adentrarse en la novela, podéis encontrarla en su ficha de goodreads. Y, por supuesto, en la contraportada del libro físico.

Esta es probablemente la historia que durante más tiempo ha estado madurando y cobrando forma en mi cabeza. ¡Contiene escenas con las que llevo soñando años! Por eso, imaginad mi emoción cuando al fin me vi escribiendo esos hitos, esos puntos de inflexión que tanto amamos los escritores.

La novela estará muy pronto en la calle. Mientras tanto, os dejo por aquí el prólogo por si queréis echarle un vistazo… Amenizado, una vez más, con una banda sonora original para la novela, compuesta por El Estudio del Colibrí

El Tango de las Almas Errantes, música original de la novela.

¡Buena lectura!

Prólogo El Tango de las Almas Errnates
PRÓLOGO

En algún lugar de Larenta, Reino del Ocaso

Hojas secas esparcidas por el suelo embarrado. Carromatos sombríos entre los troncos del bosque nocturno. Las copas de los árboles apenas dejaban pasar los tenues rayos de luz lunar, pero los ojos azules del no-muerto resplandecían en la oscuridad. La atravesaban. Permanecían fijos en su caravana desmantelada, su amada Calavera Ambulante, tan cerca y a la vez tan lejos al otro lado de los barrotes de su prisión con ruedas. Él y otro montón de huesos al que no conocía habían sido encadenados juntos como un par de bestias de la misma especie, atracciones del mismo circo. Su jaula no era la única en esa feria apestosa a la que los habían vendido; los lamentos de otros tantos esqueletos y partidarios de la desaparecida princesa Idre colmaban la noche de un derrotismo que su espíritu de tendencias festivas no podía soportar.
Si al menos hubiesen dejado su acordeón entre sus dedos huesudos.

Bosque de Larenta

—Acercaos, escuchad Porque esta es la historia más triste que os habrán de contar jamás: la historia de Eliss, la más hermosa de las hadas, y de cómo su corazón se rompió en pedazos por amar a un mortal —Privado de su instrumento, el Acordeonista recurrió a su sonora voz de barítono en un intento por aplacar los quejidos de las jaulas colindantes. Siempre fue muy bueno captando la atención del público y confiaba en que la esclavitud no le hubiese hecho perder su toque—. Esta es la historia de la Noche del Velo, cuando el Mundo de los Vivos se fundió con el de los Muertos y el Mundo de los Muertos se fundió con el de los Vivos.

El golpe sordo del bastón del vigilante contra los barrotes lo silenció en el acto. Ese descerebrado era el brazo ejecutor del maestro de ceremonias y no le dejaba ni un momento de respiro.


—No empieces con esa cantinela otra vez —lo increpó—. Esa historia me aburre, huesudo. Desde que la canción perdió su magia y dejó de matar, carece de interés.


—Si me dejaras mi acordeón sería mucho mejor —se quejó el cautivo con un susurro cargado de desdén.


—Ya oíste al capataz: nada de música por la noche. Te dejo contar historias porque me entretienes, cadáver andante. Además, tu reclamo es incorrecto: no existe ningún Mundo de los Muertos. Cualquiera con un poco de cultura fábula sabe que solo existen tres Realidades: la Feérica, la Demoníaca y la nuestra, la Errante, en la que tú no deberías estar, desecho. Lo que produjo la Noche del Velo de Éterdar fue una brecha entre estas tres Realidades. Una brecha que ya se cerró.

La noche trajo un temblor, una agitación entre los árboles que delimitaban el claro. El Acordeonista lo percibió; algo se aproximaba. Y cualquier cambio solo podía ser a mejor.


—Sí, pero yo fallecí esa noche y quedé atrapado en esta no-muerte para siempre    —respondió con esperanzas renovadas—. A eso me refiero con la fusión del Mundo de los Muertos y el de los Vivos. Es Literatura. Cualquiera con un poco de cultura lo sabe.


Un nuevo golpe rabioso contra la jaula. El vigilante agarró su tráquea desnuda a través de los barrotes y le escupió su contraataque:
—Escúchame, montón de mierda. Si no machacamos tus huesos con una prensa es porque entretienes al público. Pero piénsalo: ¿qué sería de alguien que no puede morir si convirtiéramos su esqueleto en polvo? ¿A dónde iría tu conciencia? No eres nada, solo un paria maldito, un despojo que no pinta nada ni en esta ni en ninguna otra realidad. Si quieres seguir disfrutando de los pocos placeres que aún puedas exprimir de esta existencia, más te vale ser un buen chico y obedecer.

Lágrima. El Vals de las Hadas Malditas

Tras rematar sus palabras con un salivazo sobre el cráneo sin pelo ni piel de su cautivo, el centinela se apartó del carromato enrejado y se sentó en el barril habitual desde el que custodiaba la mercancía como un perro guardián. Los dos no-muertos que languidecían tras los barrotes se miraron con tristeza, y aunque no se conocían, se sumieron juntos en un hondo silencio de nostalgia compartida.


—Cómo hemos llegado a esto —rugió el Acordeonista al cabo, en un claro desafío a las amenazas de su carcelero—. Sin nuestras caravanas, sin mi Calavera Ambulante, sin el hogar que se nos prometió.

Un bufido de advertencia desde el barril bastó para silenciarlo de nuevo. Pero entonces la noche arrastró una nueva voz que se sumó a su rebeldía entonando una vieja canción:
—No puedo volver a casa. Me han cerrado las puertas y no puedo volver a casa. Pero solo necesito mi viejo violín bajo el brazo y un lugar donde pasar la noche. Mi música es risa y también es sollozo. El Tango de las Almas Errantes. Este es El Tango de las Almas Errantes
—¡Silencio! —El perro guardián se puso en pie. Tenía los nudillos blancos de apretar su bastón de castigo—. ¡He dicho que nada de música!

Sus golpes contra los barrotes del carromato del que provenía la melodía no lograron silenciarla, pues los no-muertos de otra jaula cercana se sumaron a la canción en un coro solemne:
—Soy el mayor de los indeseados. Soy juglar, soy pobre y estoy muerto. Yo quería que me incineraran. ¡Oh, sí! Yo quería que me incineraran. —Los gritos del centinela ya no podían hacer nada contra la música; las voces de decenas de caravanas se habían unido en un mismo himno imparable—. Pero mis huesos no arden, y jamás tendré urna funeraria. El Tango de las Almas Errantes. Este es El Tango de las Almas Errantes.

—¡Está bien, cerdo larentiano! —exclamó el Acordeonista asomado a sus barrotes, animado por las voces de sus compatriotas y compañeros esclavos—. Te contaré una historia distinta, acércate Te relataré cómo he acabado entre tus rejas. Te hablaré de nuestro exilio de un reino maldito. De las almas brillantes que lucharon por mantener la oscuridad a raya —Sus ojos azules chispearon con un destello de otro mundo en las tinieblas— y de cómo fracasaron en el intento.

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